4 partidos para palabras de 4 letras

Como fanático del Barcelona, me parece frustrante que Gerard Piqué haya sido expulsado durante cuatro partidos. Pero, como árbitro, me pregunto, ¿son cuatro partidos suficientes?

Durante el partido contra el Athletic Club, se podía ver a Gerard Piqué, el defensor estelar del Barcelona, por todo el campo: protegiendo la portería azulgrana, atacando la portería de los leones y, tal y como parece, también insultando al árbitro asistente.

El árbitro Velasco Carballo dijo en su declaración que Piqué se había dirigido al linier con un «me cago en tu puta madre» al percibir que el asistente no había señalado un claro offside.

La declaración del árbitro

La declaración del árbitro

Piqué ha admitido confrontar al asistente y se ha disculpado por ello, pero niega haber empleado las palabras de las que Carballo le acusa:

FC Barcelona está recurriendo la expulsión.

Al discutir el asunto en un foro de árbitros en Facebook, el consenso al que se llegó fue que el asistente tomó la decisión correcta, aunque debido al tiempo del partido fuera una decisión difícil de tomar.

También se plantearon algunas cuestiones con relación a la duración de la expulsión, específicamente: ¿es la expulsión suficientemente larga? Si uno de sus colegas le maltratara a usted, como ocurre en este caso, ¿esperaría que tal colega recibiera una expulsión de más que 360 minutos?

La duración de la expulsión podría ser vista como una aceptación del abuso contra los árbitros en el fútbol; algo incómodo, pero «normal». Sin embargo, no es la forma en la que deberíamos considerar los hechos.

Si Piqué empleó tales palabras, debería recibir una expulsión más larga o una gran multa. Si no las usó, sus acciones fueron inaceptables y la expulsión debería seguir vigente, junto con una multa razonable. Obviamente, esto se encuentra sujeto a las normas de la liga, que personalmente desconozco.

Los árbitros realizan una tarea muy difícil, pero siguen siendo humanos. Cometen errores, pero es necesario recordar que sin ellos los partidos no podrían tener lugar. Así pues, el abuso contra los árbitros es inaceptable, sin importar la razón o la situación que pueda llevar a ello. Todo los que decidan seguir por tal camino, el del abuso, deberían estar preparados para enfrentar y aceptar las consecuencias.